Nuestra Historia

Hay gente que piensa que el café ya está listo cuando llega a la bolsa.
Pero la verdad es que recién ahí comienza su historia con nosotros.

En Santeliz, el tueste no es automático ni industrial. Es artesanal, humano y obsesivo.
Cada semana tosto personalmente pequeños lotes. Analizo los granos, ajusto las curvas, pruebo muestras y me aseguro de que cada perfil represente lo mejor de su origen.

Pero también represento algo más: lo que quiero que sientas al tomarlo.

Por eso, no todos los cafés se tuestan igual. Algunos los dejo más jugosos, otros más densos o brillantes, según el proceso, la variedad y el método que imagino para prepararlos.

En esta casa, el tueste no es un botón:
Es escuchar al café. Y dejar que hable por sí mismo.

Porque detrás de cada bolsa Santeliz hay una persona que se preocupa por lo que vas a sentir al tomar esa primera taza.